Tres Cuerdas (Disparador creativo. Parte 2)
Ahora les presentaré la historia que yo misma redacté con las 15 palabras que seleccioné en el Disparador Creativo (parte 1).
¿Están listos? A ver si pueden identificarlas. ¡Disfruten!
Tema: Lujuria.
Autor(a): Laila Michelle Cruz Rascón.
Tres cuerdas
Lucía, vive en todo y en
nada, un mundo caótico sin nombre, donde lo que regía era el pecado más turbio
de todos…la lujuria. Lucía, tenía una rutina simple, causar deseo a todo hombre
o mujer que intentara pasar por sobre de ella. Ella los seducía sin pudor
alguno, se relacionaba con ellos hasta que cayeran en sus garras para llevarlos
a cometer el pecado de la lujuria, de tal manera que tuvieran descontrol de su
razonamiento y así, llevarlos a su perdición.
Su rol en ese mundo era
castigar a todo aquel que hubiera cometido algún abuso en su vida humana.
Lucía era relacionada con un animal que
habitaba en ese mundo, la serpiente. Los entes de ese lugar tenían la creencia
de que las víboras o serpientes, incitaban a la perdición tal y como Lucía lo
hacía, incluso, pensaban que Lucía era la reina y líder de las víboras, de tal
forma que por medio de la seducción y el morbo, todos cayeran ante ella.
Ella trabajaba con tres cuerdas, las cuales incitaban a los
hombres y a las mujeres a cometer ese pecado que llenaba de satisfacción a
Lucía al verlos hundirse en lo crudo y sucio. Cada cuerda tenía un nombre, Seducción,
Sexo y Posesividad., esas eran las tres etapas por las cuales Lucía hacía pasar
a sus víctimas. Su trabajo era para ella nada más que un juego simple, hacer
que los mortales se perdieran en ese pecado era cosa fácil, ellos siempre caen
en la tentación, de alguna u otra forma.
Lucía no tenía quién la
mandara, era dueña de sí misma, no había ser en ese mundo que pudiera hacerla
bajar sus defensas, nadie jamás había logrado hacer que Lucía fuera el objeto
de alguien, ella vivía solamente para sí misma y para la eternidad misma. Nadie
sabía causar ese deseo candente para castigarla en una perdición eterna, hasta
que llego Fermín.
Fermín, era el heredero de
aquel mundo, por ser hijo directo de Satanás. Fermín llegó a ese mundo por
órdenes de su padre, para hacer el trabajo de Lucía con Lucía, es decir, hacerla
caer a ella en la perdición eterna.
Fermín y Lucía se conocieron,
ella quedó maravillada, no solamente porque Fermín era sumamente apuesto y
bello, sino porque él tenía los mismos deseos y la misma inmoralidad que ella,
por fin, había alguien que la entendía. Entre más conocía a Fermín, más bajaban sus
defensas, Lucía se volvía vulnerable, de tal manera que su perdición había
comenzado, Fermín puso en juego las tres cuerdas.
La primera etapa fue la seducción,
la cual inició cuando ella y él se conocieron, él hizo lo posible por bajar la
guardia de Lucía y lo logró sin tantos problemas, la segunda etapa era el
sexo. En esa etapa, Fermín logró llegar a lo más profundo e íntimo que Lucía
jamás había dejado llegar a nadie, la hizo tener sensaciones intensas, con un
toque rudo, lleno de sensualidad, donde Fermín la hacía llegar a un éxtasis
sexual inimaginable, ella le repetía que era un pervertido de lo peor, pero
sabía que eso la volvía loca, Fermín era el mejor de sus placeres.
Y finalmente llegó la
tercera etapa, la posesividad. Era una posesividad que pintaba en lo enfermo,
de una manera en la que Lucía dejó de disfrutarlo y comenzó a odiarlo, quería
alejar a Fermín, se había vuelto tan insoportable, Lucía ya no sentía la misma
emoción y placer al ver a Fermín, sus encuentros se habían vuelto monótonos,
ella se daba cuenta de que él sólo la usaba para complacerse a él mismo, él
podía estar con alguien más si así quería, pero, Lucía no, ella era
exclusivamente de Fermín. Para cuando quiso alejarse era demasiado tarde, su
perdición y agonía comenzaban, por la eternidad.
¡Gracias por leer!
-L
Cautivador, deberías novelar mas seguido :o
ResponderEliminarMuchas gracias :'3
EliminarMuy interesante, me gustó. uwu
ResponderEliminarSorprendido
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