Julia.


Eran exactamente las 4:56 de la madrugada, podía sentirse el frío recorrer cada rincón de la tienda de antigüedades. Se podía escuchar claramente cómo crujía el piso de madera cuando el señor Baltasar bajó a beber un poco de agua y a regresar a su habitación nuevamente, no sin antes dejar un cálido beso en una de las paredes de la tienda, era un recordatorio que significaba un “sigo aquí”. Su amada tienda le pedía atención de vez en cuando y eso lo sabía el señor Baltasar.
La tienda es un lugar sumamente antiguo, a decir verdad, fue inaugurada desde que el señor Baltasar perdió a su amada esposa. Recolectar antigüedades y curiosidades era una de las mayores pasiones que tenía con su esposa cuando eran jóvenes, así que, el señor Baltasar decidió no dejar morir a su esposa en el olvido, dándole vida a la tienda por medio de los recuerdos con su esposa.
De vez en cuando se siente cómo la tienda ríe, cuando por las ventanas entra la brisa del verano, se puede sentir una comodidad increíble y una alegría inmensa. Cuando es otoño, las hojas de los árboles y el viento hacen música que alegran y tranquilizan mucho a la tienda. Incluso puede sentirse cómo la tienda arrulla al silencio, lo que hace sentir paz y tranquilidad a los visitantes.   
En las tardes, entran perfectamente los rayos naranjas por los ventanales, iluminando cerca de las estanterías, la tienda se siente como un lugar perfecto para leer un par de libros o sólo para sentirse pleno. Las personas que suelen ir por las tardes dicen que se sienten alegres de sólo estar ahí.
Ver la tienda es un espectáculo completo, es como estar cerca del océano viendo cómo las olas se comen al sol, las paredes se bañan de anaranjado, parece como si el sol cayera ante la belleza y misterio de la tienda de antigüedades. Julia, la nieta del señor Baltasar, suele escribir notas y dejarlas por todas partes de la tienda, en objetos, libros o en las estanterías, en esas notas, ella describe las cosas que ve en la tienda, las cosas que incluso escucha.
La tienda es descrita como un lugar mágico y misterioso, divertido y perfecto para perderse entre las estanterías o entre los baúles donde se guardan más antigüedades. Julia, describe cómo puede escuchar que por los pasillos se escucha la voz de una mujer alegre e inocente, no es una sensación aterradora, sino misteriosa y cautivadora. 
         Cuando es invierno y cae la nieve, los cristales de los ventanales se empañan y después de un 
rato se puede ver cómo hay pequeños dibujos en ellas, pero nadie los hace, ya que las ventanas son demasiado altas para los niños, es como si la tienda tuviera un alma propia y le gustara jugar con los visitantes. Es como si el alma de Julia, la esposa del señor Baltasar, siguiera ahí. La tienda tiene vida propia, lo cual hace que sea aún más especial.

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