Noctámbulos

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Noctámnulos

Era la época de 1972, todo era perfecto a vista de cualquier turista que se visitara el país. Necesitaba un cigarrillo pero le había prometido no fumar más. Ella, tan protectora y buena como siempre.
Caminaba por la calle con mi maletín en mano, había sido una larga jornada de trabajo, realmente no tenía muchas ganas de ir con Roger, me había invitado a su casa a ver un partido de soccer con los demás colegas del trabajo, pasarla bien y beber un par de cervezas, pero, le había prometido no beber más. Ella, siempre preocupándose por mi salud y bienestar.
Miraba las calles vacías y los postes de luz jugando con la oscuridad y el asfalto, cualquiera que caminaba por ahí se sentía en una película melodramática o romántica, yo no me sentía de tal forma, quizá era porque mis recuerdos no me lo permitían o sólo porque pasaba por ahí a diario. Quería llorar, pero le había prometido no hacerlo. Ella, siempre diciendo que fuera un hombre fuerte y firme.
Sin darme cuenta, iba de camino al bar donde ella y yo nos enamoramos hace años. Me parecía muy extraño que a pesar de la hora estuviera abierto, siendo que, los martes siempre cerraban temprano, pero, no me importó en lo absoluto. Al estar a pocos metros del establecimiento, decidí entrar. En mi cabeza llegaron bellos recuerdos de ella y yo besándonos, sus suaves labios chocando con los míos cada que yo llegaba con un ramo de sus flores favoritas. Nunca jamás le regalé flores a nadie más porque prometí amarla a ella por siempre. Ella, amando siempre mi manera romántica de ser.
Entré al bar y Willy me saludó.
-¡Hombre! ¿Qué te trae por aquí?
Su acento español me irritaba a más no poder.
-Sólo quería pasar el rato, es todo. A demás…
Me detuve por un momento mientras veía como unas gotas de lluvia chocaban contra el gran cristal.
-A demás, está comenzando a llover.
-Joder, se ha dejado venir la tormenta y yo que no he sacado la ropa de la cuerda.
Dijo mientras limpiaba un vaso de cristal.
-Mala suerte, ¿huh? Dame lo de siempre y cállate un rato, Willy.
-En seguida, camarada.
Dicho eso, Willy fue a preparar lo que ya sabía.
Estaba mirando mis manos entrelazadas sobre la mesa, vi a un hombre elegante con una bella mujer a su lado, conversaban de no sé qué, pero ella se veía muy feliz con él. Su mirada era tan dulce y tierna como la inocencia pura, él sólo le dedicaba sonrisas avergonzadas. A simple vista, se podía deducir que aquella pareja lo tenía todo.
Todo…
Saqué un cigarrillo y lo encendí. Solté un poco de humo y jugué con él. Le había prometido no fumar más, pero ella me devolvió la jodida adicción.
-No fumes aquí amigo.
Dijo Willy, quien traía ya mi bebida.
-Vete al diablo, William.
Dije y le di un trago profundo a aquello que Willy había hecho para mí. La bebida estaba demasiado cargada, el olor del alcohol se sentía a escasos centímetros. Al beberlo sentí cómo me desgarraba la garganta. No sabía si era un nudo o era aquella mierda preparada.
 Le había prometido no beber más, pero se largó a un hotel de paso a beber con sus amigas y dos hombres más.
Mis lágrimas empezaron a correr por mi rostro, estaba seguro que no era por el humo de aquel cigarrillo el cual tenía muy cerca de mí al intentar cubrir mi cara de vergüenza. Le había prometido no llorar, porque debía ser un hombre fuerte y firme. ¡Al diablo con eso! No quería hoy ser un hombre fuerte y firme, no, quería ser un adolescente desconsolado y roto, frágil y débil en el alma.
Había dejado de sentir y de ser un romántico, incluso dejé de regalar flores después de ella.

Acabé mi bebida y levanté mi rostro para ver cómo el recuerdo de ella y yo se desvanecía frente a mis ojos. Le había prometido amarla por siempre, pero ella fue una maldita conmigo. Prometí amarla por siempre, pero, creo que hoy  prometeré olvidarnos.







¡Muchas gracias por leer!
                                                                         

                                                                        -L

Comentarios

  1. OMG! que historia tan fuerte, creí que "Ella" había muerto, pero poco a poco fui comprendiendo todo. A veces tenemos personas buenas con nosotros, pero somos unas personas mal agradecidas y no valoramos las cosas buenas que nos da la vida. ¡Me encantó! :)

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